La Contaloría General publicó un informe en donde
asegura que hay un alto riesgo de corrupción en el Sistema General de Regalías
y una poca ejecución, además criticó a los Órganos Colegiados de Administración
y Decisión (OCAD) que fueron impulsados por el Gobierno.
Según el organismo de control “el alto riesgo de
corrupción del sistema se evidencia en los resultados de las auditorías de la
Contraloría, que entre 2012 y 2017 arrojaron hallazgos con presunta incidencia
fiscal por cerca de $840 mil millones, donde el 40% corresponde a obras
inconclusas”.
Y agrega que los “recursos de regalías se han
fragmentado en proyectos de bajo impacto. Más de 12 mil proyectos aprobados
entre 2015 y 2017 - por un valor total de $30,5 billones, y un promedio por
proyecto de $2,5 millones - constituyen un indicador crítico de atomización.
Mientras temas prioritarios como agua potable y saneamiento básico, vías
terciarias, infraestructura educativa y de salud y construcción de vivienda,
son relegados, más de 2 mil proyectos se dirigen a la construcción de distintos
escenarios deportivos, culturales o institucionales, destinándoles cerca de
tres billones de pesos”.
Según el Contralor, el Sistema General de Regalías
entregó en la práctica una chequera en blanco a las Entidades Territoriales,
permitiendo que los recursos deriven fácilmente hacia la esfera del
clientelismo y la corrupción. Así mismo agregó que el Departamento Nacional de
Planeación “adelanta una amplia gama de tareas operativas y procedimentales que
cubren todas las etapas de la gestión de proyectos, convirtiéndose en juez y
parte del Sistema de Regalías”.
El jefe del organismo de control, Edgardo Maya
Villazón, cuestionó el mecanismo del OCAD para distribuir los recursos de las
regalías, según dijo “no ha cumplido la función primordial que le asignó la
Constitución: ser un espacio de discusión sobre las iniciativas a financiar con
los recursos de regalías y priorizar las inversiones; en cambio, los excesivos
trámites han traído mayores traumatismos a los entes territoriales
contribuyendo a la lentitud de la ejecución de los recursos”.
Y agregó que los problemas que tenía el sistema
general de regalías en el 2011, cuando se hizo la reforma, continúan “sigue
vigente: la dispersión de los recursos, que va de la mano con la financiación
de muchos proyectos poco pertinentes; la lentitud en la ejecución; los
problemas de corrupción, y las debilidades institucionales de muchos de los
entes territoriales, que siguen provocando despilfarro y mal uso de las regalías”.
Por último, el contralor aseguró que hay una
“altísima dispersión en la inversión de recursos de ciencia y tecnología “con
el elevado riesgo de corrupción que esto conlleva, como sucedió en el
departamento de Córdoba, donde se dio lo que la Contraloría llamó en su momento
una feria de proyectos de ciencia y tecnología” que generó hallazgos fiscales
por $29 mil millones”.
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