En apenas dos debates los candidatos
empezaron a marcar sus diferencias, con un intenso fuego cruzado que impactó a
la opinión pública.
En los últimos siete días la
carrera por la Presidencia tuvo un remezón. Incluso podría decirse que ahora sí
empezó la campaña de verdad. En apenas dos debates los candidatos empezaron a
marcar sus diferencias, con un intenso fuego cruzado que impactó a la opinión
pública. De otro lado, La U adhirió a Vargas Lleras y marcó la alianza
interpartidista más rentable después del 11 de marzo. El liberalismo obligó a
De la Calle a desistir de acercamiento a Fajardo. Mucho eco tuvo “modelo de
pronóstico” electoral que midiendo no sólo consultas ciudadanas sino mapa
político, pone a Duque y Vargas en segunda vuelta. Esta semana conservadores
tendrán que definirse y arranca la publicidad en televisión, dos hechos de
mucha importancia. Informe
La campaña presidencial
comenzó, por fin. Tal como se había presupuesto la Semana Santa marcó el antes
y después de la contienda proselitista.
Tres hechos en los últimos
siete días confirmaron que el escenario que venían presentando las encuestas,
tanto las anteriores a los comicios parlamentarios como las que se dieron a
conocer apenas unos días después de las consultas interpartidistas del 11 de
marzo, y que estuvieron fuertemente impactadas por el resultado de las mismas,
era no sólo muy tempranero sino que adolecía de realismo político y electoral.
Ahora, ya con todos los
aspirantes puestos en el mismo plano político, mediático y publicitario,
después de dos meses en que primaron en estos tres aspectos los candidatos a
consultas Iván Duque y Gustavo Petro, la contienda empieza a tomar un matiz
distinto.
En primer lugar, arrancaron los
debates entre los candidatos. Los dos que tuvieron lugar el martes en la noche
en Medellín y el viernes en la mañana en Barranquilla, fueron muy importantes
tanto para los aspirantes como para la opinión pública. En el primero, el
realizado por Teleantioquia y Semana, el tono pausado de las intervenciones
permitió a la ciudadanía empezar a delinear las diferencias políticas y
programáticas entre Duque, Petro, Germán Vargas Lleras y Sergio Fajardo.
Humberto de la Calle no pudo asistir por un problema en el transporte aéreo.
Verlos a todos en el mismo
escenario es vital para encontrar las diferencias puntuales. La mayor prueba de
ello es que aunque ninguno de los candidatos se arriesga a decir que va a
reversar el acuerdo con las Farc, y menos a “hacerlo trizas”, los niveles de
ajuste que cada uno plantea son distintos y ello tiene muchas implicaciones
para el electorado.
Duque es el más radical, sobre todo
en temas como que los cabecillas guerrilleros puedan llegar al Congreso sin que
hayan sido juzgados por sus delitos graves y de lesa humanidad, y también por
su oposición a que el narcotráfico pueda ser considerado un delito conexo.
Vargas, a su turno, sostiene que ya la Corte Constitucional corrigió las
grandes prevenciones que él había expresado frente al acuerdo de paz, por
ejemplo respecto a que la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) pudiera juzgar a
los civiles y no tuviera límite alguno en su ámbito y funcionamiento. Fallo que
también dejó en claro que los guerrilleros desmovilizados que reincidan, no
entreguen los bienes ilícitos o eviten confesar toda la verdad, pueden ser
sacados de la justicia transicional y enviados a la ordinaria, sin beneficio
alguno.
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