Walter Patricio Artízala, alias Guacho, secuestró y asesinó a los periodistas ecuatorianos. FOTO: Colprensa |
El nombre de Guacho empezó a sonar
después de la masacre en Tumaco, Nariño, cuando en medio de protestas de
campesinos cocaleros en contra de la erradicación forzosa,ocho personas resultaron muertas.
Walter Patricio Artízala Vernaza, de
27 años y de origen ecuatoriano, fue un cabecilla de la Columna Móvil Daniel
Aldana. Era, según Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime,el consentido de alias Rambo, jefe de esa
estructura, el más duro narco de las Farc en el sur del país.
Según el Ejército, mientras estuvo en
la guerrilla “se desempeñó como organizador de masas, jefe financiero,
explosivista, además amasó experiencia en la comisión de acciones terroristas”.
Tras 15 años de militancia en la
guerrilla, en 2016, antes de la firma del Acuerdo de Paz, decidió junto a algunos camaradas no acogerse al proceso, por
considerar que lo negociado únicamente beneficiaba a los más altos comandantes
y no a la base guerrillera. Entonces conformó el grupo al que bautizó Oliver Sinisterra, en honor a un exguerrillero
muerto en un operativo del Ejército, y del que asegura que conserva la
ideología de la insurgencia, se considera todavía miembro de las Farc-Ep.
Hoy cuenta con 300 hombres, según la Fiscalía, (aunque la
Fundación Ideas para la Paz calcula que son 450), todos dedicados a cuidar
cultivos de uso ilícito, laboratorios y rutas de Nariño a San Lorenzo
(Ecuador), donde la operación queda en manos del Cartel de Sinaloa.
El fiscal general de la Nación,
Néstor Humberto Martínez, aseguró que su organización podría
ganar 25 millones de dólares semanales, producto del
narcotráfico.
Su organización ha atentado en los
últimos meses contra la infraestructura energética de Tumaco, contra la Fuerza
Pública de Colombia y Ecuador y ha generado terror en Mataje, provincia de Esmeraldas, en el vecino país.
Era precisamente esa situación la que
estaba investigando el equipo periodístico del diario El Comercio secuestrado
el 26 de marzo pasado y cuya muerte fue confirmada hoy por el presidente de
Ecuador, Lenin Moreno.
El Gobierno colombiano ofrece 150 millones de pesos a quien dé información sobre su
paradero, mientras que el de Ecuador dará 100.000 dólares a
ayude a ubicar al señalado criminal.
Las operaciones militares arreciarán
sobre él en las próximas horas, después de conocerse el desenlace fatal del
periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paul Rivas y el conductor Efraín
Segarra.
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