Uribistas conmemoran aniversario del Plebiscito;
ganó el No pero el gobierno lo desconoció
Hace un año
ganó el No, y el Gobierno Nacional de Juan Manuel Santos desconoció el resultado, descartó un pacto
nacional y prefirió maltratar la democracia en favor de Farc”, trinó el
expresidente Alvaro Uribe Vélez, al invitar para este lunes a quienes votaron
por el No a un acto conmemorativo.
“A un año
del robo de Plebiscito:homenaje a víctimas y caídos de las FFAA”, complementa
el expresidente Uribe Vélez en la convocatoria para una concentración en Bogotá
a las 6 de la tarde.
El hecho es que hace un año se cumplió
el Plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo de paz con
las Farc.
Cerca de 13 millones de personas
acudieron a las urnas y ganó el No por estrecho margen.
El ‘No’ se impuso ante el ‘Sí’ con
6.422.136 votos, el 50,23 % de votos.
Mientras tanto el ‘Sí’ sumó 6.361.762
votos.
Sin embargo, de acuerdo con el reporte
de la Registraduría solo el 37,43 % del censo electoral acudió a las urnas.
Entonces, el presidente Juan Manuel
Santos proclamó: “Como jefe de estado soy el garante de la estabilidad de la
Nación y esta decisión democrática no debe dañar dicha estabilidad, como
presidente conservo intacto mis facultades y mi intención de buscar la paz”.
A propósito de lo acontencido, el
expresidente Uribe retuitió un articulo de Rafael Nieto Loaiza, titulado
“ANIVERSARIO NEFASTO”, cuyo texto integral es el siguiente:
El 02 de octubre se cumple el primer
aniversario del triunfo del NO en el plebiscito.
Una victoria como la de David contra
Goliath, sorpresiva, inesperada, casi milagrosa, contra el Gobierno y su
propaganda multimillonaria y mentirosa, los partidos políticos excepto el
Centro Democrático y la admirable y corajuda senadora Sofía Gaviria, todos los
alcaldes y gobernadores (presionados presupuestalmente por el Gobierno), los
medios de comunicación, el Cardenal y el entonces Presidente de la Conferencia
Episcopal, incluso el Papa que apenas unos días antes se montó en el maniqueo
discurso de amigos y enemigos de la paz. Nada le sirvió a Santos, ni cambiar
las reglas legales del juego para desequilibrar la cancha y favorecer el Si, ni
bajar el umbral, ni ofrecer el espejismo de un paraíso en el post conflicto, ni
los miles de millones invertidos en engañar a los ciudadanos ni los dedicados a
aceitar periodistas y politiqueros, ni negar la posibilidad a los promotores
del NO de divulgar sus ideas y propuestas. El NO triunfó contra todos y contra
todo, por la fuerza de sus ideas y sus posiciones en defensa de la democracia y
la propiedad privada, por el acierto en resaltar el premio a los criminales
dándoles beneficios y prerrogativas que no tenemos los que nunca hemos
delinquido, y porque las redes sociales impiden hoy la manipulación de la
información por los medios de comunicación enmermelados. 6.400.000 votos de
pura opinión, de conciencia, de argumentación.
Pero ocurrió lo insospechado, lo que
nunca había ocurrido en la historia de la democracia colombiana. Por un lado,
Santos le hizo trampa a la democracia y a los electores, y desconoció el
resultado del plebiscito que él se había inventado. Por el otro, el Congreso y
la Corte Constitucional avalaron semejante asalto y pretendieron darle un
barniz de legalidad sentando la base de que los congresistas pueden suplantar
la voluntad ciudadana y de que los mismos magistrados, en apenas pocas semanas,
puede desdecirse de su propia jurisprudencia sin ruborizarse.
El robo fue consumado. Pero no ha sido
olvidado ni permitiremos que tal cosa ocurra. El país tiene que recordar para
que los nefastos precedentes no se repitan. Y nosotros no cejaremos en el
empeño de cambiar los entuertos. Empezando por la Jurisdicción Especial de Paz,
la JEP. Está probando que todas las advertencias que hiciéramos resultaron
ciertas. Un grupo de mayoría extranjera y con tendencia de izquierda ha
escogido, como se le dio la gana, una inmensa mayoría de magistrados aún más de
izquierda, claramente antiuribistas, y muchos contratistas del gobierno. Las
inhabilidades, los conflictos de intereses, ni siquiera fueron considerados.
Santos, en abierta contravía de la Constitución, reglamenta la JEP aun sin ley
estatutaria. Y se anuncia que los supuestos beneficios para militares y
policías no existirán. Para decirlo con todas las letras, la JEP será un
instrumento para dejar en impunidad real los crímenes de lesa humanidad y de
guerra de las Farc y para perseguir a militares y policías en activo y en la
reserva y a los civiles que nos hemos opuesto a los terroristas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario