A paso
lento pero sin dudarlo, cada uno de cocodrilos caminó hasta la orilla del río
para sumergirse y así culminar con éxito el extenuante trabajo de los docentes,
investigadores y profesionales de la Estación de Biología Roberto Franco de la
Universidad Nacional de Colombia (U.N.), que se encargaron del alistamiento y
traslado de los animales.
Este momento también significó el
resultado de los esfuerzos conjuntos de la U.N. y Cormacarena, que desde 2009
trabajan en procesos académicos e investigativos para el Programa de
Conservación del Caimán Llanero, y permitió reintroducir un buen número de
cocodrilos de esta especie para fortalecer su población.
Entre la desembocadura del caño Cumaral
y el río Melua, en el río Manacacías, los 15 cocodrilos fueron liberados en
tres grupos, cada uno con un macho y tres hembras. Uno por uno, los animales caminaron
despacio sobre la arena blanca, hicieron pausas y detallaron el lugar para
luego adentrarse en el agua y tener contacto con su nuevo hogar.
El biólogo Rafael Moreno, de la U.N. y
coordinador técnico del proyecto ,
comentó que estos animales tienen mucha sensibilidad y sentidos muy preciosos:
“al enfrentarse a la vida silvestre están recibiendo una gran cantidad de
información, así que mientras se acoplaban hacían pausas, pero su ingreso al
agua fue rápido”.
Los animales nacieron y se
criaron en la Estación de Biología Tropical Roberto Franco ubicada en
Villavicencio. El traslado hasta Puerto Gaitán tardó alrededor de cuatro horas
en las que los expertos de la U.N.
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