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Esta región solo pone cerca de medio millón de votos para
el Senado, sin embargo tiene importancia por la influencia
de las Farc y por la presencia de grandes contratistas
petroleros. FOTO COLPRENSA.
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El director del Observatorio Electoral de la Misión
de Observación Electoral (MOE),Camilo Vargas,
aseguró que en materia de riesgos electorales hay especial atención sobre el
fraude y los factores de violencia, en esta ocasión, por grupos emergentes
posdesmovilización. Para eso, se identificaron cuatro grandes áreas.
Una de ellas es la vertiente sur del río Meta, que
es el sector donde operan las petroleras. “Allí hemos venido alertando desde
2014 por una situación atípica en la inscripción de cédulas y el alto riesgo de
trashumancia electoral, lo cual puede estar atado al método de contratación de
la zona”, dijo.
La otra zona con posibilidades de riesgo en el suroriente
colombiano, según la MOE, es la que está entre las cuencas del río Guaviare y
del río Caguán. . Es en esta región en donde se encuentran
varios de los espacios de normalización en donde se quedaron los exmiembros de
las Farc y, además, hace presencia la disidencia más grande de este grupo.
También llama la atención de la MOE una cuarta zona
del suroriente del país: la franja que va desde el sur de Vichada, pasando por
Guainía y Vaupés, hasta llegar al departamento de Amazonas, principalmente por
la ausencia de datos y el difícil acceso a los puestos de votación.
En el campo electoral, en esta región el fraude se
centra especialmente en la mezcla de corrupción y constreñimiento al
sufragante, como la manipulación de comunidades indígenas en localidades como
Mitú, Mapiripán y Cumaribo, donde se denuncia la movilización masiva de
personas a donde están los puestos días antes de las elecciones. “Les dan
comida, trago y los mantienen casi que cercados, solo para que voten por un
candidato en particular. Para la MOE, es una de las violaciones más graves que
hemos escuchado”, sostuvo.
El origen de los dineros con los cuales se financia
la campaña es también otro aspecto que se evalúa. “Con tantos cultivos ilícitos
y procesamiento de coca, incluso con tanta actividad de minería ilegal de oro y
coltán, nos genera dudas sobre el origen de la financiación de las campañas”,
aseveró Vargas.
Respecto a la participación electoral de la Farc,
llama la atención que no presentaron listas a la Cámara en estas regiones, sino
que buscaron alianzas con organizaciones locales.
En lo político se espera que en el Meta siga
habiendo una primacía del Partido de la U, con la senadora Maritza Martínez, y un posible crecimiento
del Centro Democrático, sobre todo con el nombre de Álvaro Uribe a falta de un candidato fuerte.
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