Si hubiera un certamen de innovación criminal, los
candidatos sin escrúpulos podrían competir por el primer puesto: hay quienes
hacen lo que sea –¡lo que sea!– con tal de ganar un puesto de elección popular.
Este fraude no sería fácil, sin la complicidad de
los votantes, quienes aceptan dádivas a cambio de marcar el número de un
candidato en el tarjetón. Incluso viajan horas para votar en un municipio que
no habían visto ni en Google Maps.
Según Verónica Tabares,
vocera de la Misión de Observación Electoral (MOE) en Antioquia, las elecciones
de mayor “movimiento” en cuanto a delitos electorales son las locales, “porque
en algunos municipios los controles son menores y las posibilidades de que
grupos con intereses particulares ejerzan control o cobren favores de campaña
con funcionarios elegidos es mayor”.
Eso no significa que las legislativas estén exentas
de riesgo. En las últimas votaciones de Senado y Cámara, en 2014, la MOE
recibió 2.633 reportes de presuntos delitos.
En este año, sépalo y entiéndalo, los delitos
electorales se pagan con cárcel, así el pago sea un tamal. Estas son los 11
delitos clasificados en el Código Penal que lo podrían llevar a usted –elector
o candidato– a la cárcel.
Supongamos que usted es el candidato del pueblo y
el presidente de la Junta de Acción Comunal de una vereda le ofrece 150 votos a
cambio de un puesto. Cuidado, ¡es delito! Se paga con prisión de 4 a 9 años y
una multa de hasta 1.200 salarios mínimos.
Fraude en la inscripción
De acuerdo con Tabares, el “trasteo de votos” es
una de las prácticas criminales más comunes. ¿Le han ofrecido llevarlo a un
municipio, de paseo, solo para marcar el tarjetón? ¿Le pidieron inscribir la
cédula en un pueblo a cambio de dinero?
¡No lo haga! También es un delito. Por ejemplo, la
candidata al Concejo de Galeras (Sucre) Fanny Machado fue
detenida por supuestamente haber pagado a residentes del municipio de San
Benito Abad para que inscribieran su cédula en Galeras y votaran por ella.
Posesión ilícita de cédula
La persona que evite que otros ciudadanos voten
reteniendo ilegalmente la cédula de ciudadanía tendría una pena de 4 a 8 años
de prisión y una multa de hasta 200 salarios mínimos.
Voto fraudulento
Se trata de quienes sufragan más de una vez,
suplantan a otra persona (a un muerto, por ejemplo) o votan cuando no tienen
derecho (condenados y miembros de la Policía y Fuerzas Militares). También
incurren en un delito los jurados que permitan que estas personas voten.
Corrupción al sufragante
Este delito consiste en comprar el voto (y aquí
vale desde dinero en efectivo hasta mercados y promesas de contratos). Cuidado,
porque el único criminal no es el comprador, sino también el que acepte vender
su voto.
En las elecciones regionales del 25 de octubre de
2015 fueron capturados en Antioquia Leonel Rosero y Guillermo García. El primero aspiraba al Concejo
de Candelaria y estaba repartiendo mercados. El segundo, según la Fiscalía,
“fue sorprendido con dinero y propaganda de la campaña de un Gumercindo Flórez,
aspirante a la Alcaldía de El Bagre”.
Ese día, la Fiscalía capturó a 70 personas e
incautó 1.750 millones de pesos en efectivo..CONTINUARÁ
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